Mike Porcel, "Déjà vu", su nuevo disco

Aquí les dejo mi segundo artículo sobre Mike Porcel, músico cubano exiliado en Miami. Es diferente que la entrevista que le hice recientemente para Cubanet, pues habla más bien de su nuevo disco: Déjà vu. En la edición impresa saldrá en el suplemento Viernes de esta semana.

Enlace directo al Nuevo Herald: .Déjà vu, nuevo álbum de Mike Porcel / William Navarrete / suplemento Viernes

Mike Porcel, nuevo álbum

*William Navarrete / El Nuevo Herald, 4 de agosto de 2021

Se titula Déjà vu, y es el nuevo álbum que estrena en este verano 2021 el cantautor Mike Porcel (La Habana, 1950) exiliado en Miami. A pesar de que ese título en francés significaría que son trabajos ya escuchados, las canciones, todas de su autoría, resultan novedosas, y tanto las orquestaciones como la producción del disco corrieron por su propia cuenta. Por decirlo de alguna manera, Porcel se ha convertido en un artista completamente independiente, y aclara que lo hace para poder crear con plena libertad, sin las presiones de quienes pagan y exigen, a cambio, un tipo de producto. Sin contar, la mediocridad que se agazapa detrás de la comercialización de muchos sellos discográficos.

Hace apenas un año, Mike Porcel saltó a la palestra tras la salida en Cuba (no oficialmente) del documental Sueños al pairo que realizaron los jóvenes José Luis Aparicio y Fernando Fraguela en la Isla. El documental asombró a todos, incluso al propio Porcel, porque desde mucho antes de su salida definitiva de Cuba (durante nueve años, entre 1980 y 1989, el gobierno cubano le negó la salida del país y la posibilidad de trabajar) el nombre de quien fuera uno de los músicos claves de la generación de finales de 1960 y la década de 1970 permanecía censurado.

En este nuevo disco lo ha alentado la idea de las experiencias que todos hemos tenido al “despertar el recuerdo de algún lugar en el que ya hemos estado o una situación ya vivida, un término que se aplica en psicología o parapsicología”, afirma. De modo que, para él, casi todos temas de este proyecto “despertaban en mí una especie de ‘déjà vu’, y me pareció entonces atractivo como título”.

Me llama la atención que el último tema se titula “San Francisco”. Indago las razones. “Es un ‘bonus track’, un homenaje que hago a los hermanos y sacerdotes franciscanos de la iglesia de San Antonio de Padua, sita en Quinta Avenida y calle 60, del reparto de Miramar, en La Habana, a quienes agradezco infinitamente la solidaridad que manifestaron conmigo cuando me dieron la oportunidad de sobrevivir como organista de esa iglesia al perder mi trabajo, es decir, cuando se me prohibió trabajar durante nueve años en Cuba”, confiesa. “No se trata de una devoción por este santo en particular, sino de la ocasión para musicalizar ese hermoso poema que se le atribuye a San Francisco de Asís y que se cantaba con frecuencia durante las misas”.

Entre las canciones grabadas están “Vencidos y vencedores”, “Reto de la libertad” o “Si me muero mañana”, en las que como oyente relacioné directamente con situaciones relativas a Cuba o al exilio. Para Mike Porcel hay un poco de todo y prefiere dejar que cada cual dé rienda suelta a su imaginación, a partir de sus propias interpretaciones. A él, personalmente, no le interesa explicar sus creaciones, ni dejar acuñada qué las motivaron.

En su conjunto el trabajo revela sosiego y madurez. Hay temas románticos como “Anabel en luna nueva” y “Ella es agua que fluye”, pero también el de la muerte, como “La muerte viaja a nuestra izquierda”, casi desde una perspectiva filosófica de lo ineluctable. Incluso se dedica a sí mismo una especie de testamento autobiográfico: “Abril 13”, que evoca su fecha de nacimiento. Son canciones que tenía dentro y llegó el momento de sacarlas y compartirlas con el público.

Otras canciones habían sido grabadas por cantantes, pero nunca por él. Es el caso de “Diálogo con un ave”, que grabó la cubana Beatriz Márquez o de “Ay del amor”, por Ivette Cepeda, y que nunca habían sido grabadas en la voz de su propio autor. Mike Porcel consideró que era hora de hacer que se escucharan en el tono en que las imaginó. En su conjunto son canciones de periodos difíciles de su vida, que hablan de soledad, de desarraigo, de ese “exilio interno” que padeció. Dormían en algún rincón hasta que emergieron otra vez.

Para este disco se convirtió en algo así como “el hombre orquesta”, pues grabó los pianos, las guitarras y la voz, y luego hizo las primeras mezclas antes de enviarlas a Ricardo Eddy Martínez para que hiciera las definitivas y que Bruce Weeden lo masterizara. La portada del disco es de Roberto Carril Bustamante, un artista cubano residente en España.

Las dieciséis canciones del disco están lejos de ser algo “ya visto”. Son, por así decirlo, uno de los trabajos musicales más hermosos del año y una oportunidad de escuchar nuevamente a un gran cantautor en sus más lúcidos y sinceros momentos.

El disco puede adquirirse en las plataformas Apple Music, Amazon, Deezer y Spotify, además de en la página web de Mike Porcel: https://mikeporcel.com/cds

* Escritor cubano residente en París

 



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