Reseña sobre nuevo diccionario de compositores de la Isla / El Nuevo Herald
Una reseña sobre este fabuloso diccionario de compositores cubanos que he publicado en El Nuevo Herald, el pasado domingo 10 de julio. Su autor, Zenovio Hernández Pavón, es gran conocedor del tema y ha publicado varios libros al respecto. Gracias a Armando Nuviola y sus ediciones UnosOtros por esta nueva publicación.
Enlace directo al Herald:
Diccionario biográfico musical de
compositores cubanos / El Nuevo Herald
William Navarrete
No es tarea fácil reseñar diccionarios.
La razón es simple: los diccionarios, como lo indica su nombre, son una
compilación por orden alfabético de nombres o palabras sobre un tema determinado.
De este modo, al tratar de reducir su contenido al espacio de una breve nota se
corre el riesgo de mencionar a unos en detrimento de otros o, simplemente, de
olvidar determinados temas por la simple razón de que nadie se lee un
diccionario del principio al fin.
El escritor holguinero Zenovio Hernández
Pavón, establecido en Miami y nacido en 1959 en Tacámara, un sitio cercano a la
ciudad de Holguín, tiene en su haber una relevante carrera de investigador del
ámbito de la música. Entre sus libros figuran estudios sobre Miguel Matamoros,
El Guayabero, Barbarito Diez, Elena Burke, Ñico Saquito, entre otros intérpretes o compositores cubanos, así
como otros libros que le han valido premios y reconocimientos. También dirigió
programas musicales en la radio de su ciudad y colaboró con la cadena Tele
Cristal y la prensa cubana, siempre sobre temas relacionados con la cultura.
Ahora, radicado en el sur de la Florida,
nos sorprende con un enjundioso Diccionario biográfico musical de
compositores cubanos que publica la editorial miamense UnosOtros, dirigida
por Armando Nuviola, que dispone ya en su catálogo de valiosos estudios sobre
Miguelito Valdés, Chano Pozo, el Niño Rivera, Rolando Laserie, Polo Montañez,
Pérez Prado, las orquestas América y Aragón, las rumberas matanceras, y del
propio Zenovio Hernández Pavón, los de Elena Burke, Faustino Oramas “El
Guayabero” y Ñico Saquito.
El Diccionario ha escogido el
periodo entre 1902 (instauración de la República de Cuba) y 2022 para compilar
a todos los compositores que crearon temas musicales entre estos años. Quiere
esto decir, que aparecen numerosos creadores nacidos en el siglo XIX porque
parte de sus piezas fueron compuestas en el siglo XX.
Desde su prólogo, el autor nos advierte
que se trata de un trabajo que ha llevado a cabo desde hace tres décadas,
cuando creaba fichas para aquellos artistas sobre los que hablaba en sus
programas radiales. Con el tiempo, el fichero fue volviéndose voluminoso y se
convirtió en el punto de partida, nos aclara, del presente diccionario. Por
supuesto, las fichas fueron completadas y enriquecidas, sin excluir géneros ni
estilos, es decir, lo mismo aparecen compositores de la llamada música clásica
como creadores de músicas populares, afrocubanas, jazz y otros géneros.
Para tener un pretexto que justifique la
mención de un compositor en lugar de otro, citaré el primero de los compilados,
así como el último. Comienza el diccionario con Luis Abreu Hernández,
percusionista y compositor nacido en La Habana en 1939 y fallecido en 2012.
Fue, nos dice el autor, uno de los integrantes junto a sus hermanos Alfredo,
Jesús y Ricardo del cuarteto de voces y percusión “Papín y sus rumberos”.
Luego, bajo el nombre de Los Papines, integraron la Revista Ritmos de Cuba
y se presentaron con mucho éxito en escenarios del mundo entero. Como
compositor, incursionó fundamentalmente en el guaguancó y sus hijos han
continuado la labor del padre y sus hermanos.
Termina el diccionario con Floro
Zorrilla, guitarrista y autor de canciones populares del que ignoramos las
fechas de nacimiento y defunción, e incluso el lugar. Fue integrante de un dúo
de trovadores junto a Miguel Zaballa, entre 1906 y 1926. Y, según el musicólogo
cubano Cristóbal Díaz Ayala, grabaron varios cilindros en 1906. Grababan piezas
de Sindo Garay, Alberto Villalón y Oscar Hernández, pero también las propias,
como Que me vengo cayendo, Verdún esta verde, Qué gente
caballeros, Panchita mía o El indio Hatuey, entre otros sones
y guarachas.
A diferencia de otros diccionarios de la
música cubana, como aquel oprobioso publicado en 1981 por Helio Orovio en Cuba,
en el que censuró a prácticamente todos los artistas cubanos exiliados, el de
Zenovio Hernández Pavón lo mismo ahonda en la obra de Willy Chirino, artista
cubano llegado al exilio como Pedro Pan y portavoz de la música popular de
Miami o de Gloria Estefan como a Silvio Rodríguez, cantautor de la Nueva Trova
y diputado de la unipartidista Asamblea Nacional de la dictadura que por más de
seis décadas padece la Isla. Y éste otro de sus grandes méritos, porque la
lección de no excluir o ningunear tal vez pueda servirles de ejemplo a los
propios censores.
La bibliografía que nos presenta el autor
es extensa y de muy buena factura. Consultó para su propia obra los estudios
esenciales de Emilio Bacardí, Dulcila Cañizares, Alejo Carpentier, Bobby
Collazo, Nat Chediak, Cristóbal Díaz Ayala, Paquito D’Rivera, Natalio Galán,
Radamés Giró, Emilio Grenet, Zoila Lapique, Argeliers León, María Teresa
Linares, entre muchos más, así como un sinnúmero de revistas y publicaciones
periódicas, o las notas de María Argelia Vizcaíno,
quien desde hace tiempo aporta información sobre muchos artistas cubanos
desperdigados por el mundo desde los primeros años del exilio posterior a 1959.
Sin olvidar los fondos documentales, sonoros, museológicos, así como los
registros de derecho de autor en la Isla.
Vale la pena adquirir este diccionario,
en el que, como en toda obra de esta envergadura, puede que falten datos o nombres,
pero son más lo que están que los que pudieran faltar.
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