Cubanos y puertorriqueños nunca dejaron de ser españoles / Nuevo Herald
Entrevisto al abogado Maikel Arista-Salado quien intenta por vías legales revocar el Tratado de París, de modo que cubanos y boricuas vuelvan a ser españoles. Les dejo enlace y copia de mi artículo en el Herald:
Cubanos y puertorriqueños nunca dejaron de ser españoles / por William Navarrete / Nuevo Herald
“Cubanos
y puertorriqueños nunca dejaron de ser españoles”
(entrevista a Maikel Arista-Salado)
William Navarrete*
Maikel Arista-Salado nació en La Habana, barrio del Vedado, en 1986. Salió
de Cuba en 2008, antes de recibirse como abogado, y desde su salida ha vivido
en Miami, España y desde hace dos años en Chicago. Es asistente de abogados y
una de sus grandes pasiones es la Heráldica. Posee una colección de más grande de
1000 medallas cubanas que ilustra la historia de la Isla durante los últimos
tres siglos.
En 2022, Arista-Salado asumió la presidencia de la asociación sin fines de
lucro Autonomía Concertada para Cuba, fundada en París en 2012 por el profesor Fernando
Núñez. Fue éste el punto de partida de su combate de hoy: el reconocimiento por
el Estado español de la nulidad del artículo IX del Tratado de París del 10 de
diciembre de 1898 que obligó a España a despojar de la ciudadanía española a
toda la población cubana y puertorriqueña.
¿Cómo surge tu interés por este tema y qué precedentes existían?
El primero en trabajar este tema fue el cubanoamericano, residente y
fallecido en Miami, José Ramón Morales quien comenzó a principios de este siglo
y con mínimos recursos con un blog que se llamaba “Cuba Española”. José Ramón
tenía la certeza que los cubanos habían sido despojados arbitrariamente de la
ciudadanía española por un artículo introducido por Estados Unidos en el
Tratado de París que puso fin a la guerra cubano-hispana-norteamericana. Por
eso, estamos creando un Premio a la Hispanidad que llevará su nombre por haber
sido pionero en este tema.
Luego, desde París, otro cubano, Fernando Núñez, retomó el tema y realizó
una investigación minuciosa de la compleja situación política de Cuba a finales
del siglo XIX. Es esto lo que ha precedido a mi interés por estas cuestiones y la
razón por la que he asumido la continuidad del trabajo precedente, esta vez
desde el ámbito del Derecho, tratando de llevar a los tribunales españoles el
tema de la ilegalidad del Tratado mencionado.
- ¿En qué se fundamenta tu petición?
El artículo IX del Tratado de París obligó a España a decretar la
desnaturalización masiva y forzosa de sus propios ciudadanos de Cuba y Puerto
Rico, todos españoles originales por mandato constitucional. Primero, porque la
mayor parte de la población no quería la independencia, contrariamente a dicen
los mitos fundacionales de la República cubana (1902). Segundo por la necesidad
de que el Estado cubano naciese con ciudadanos “nuevos”. Pero lo cierto es que
ningún Estado tiene la capacidad jurídica para traficar con la ciudadanía de
sus habitantes mediante un tratado con un tercer país y, en este caso, con
Estados Unidos, tal y como sucedió en 1898 en París.
- ¿Qué estatus tenían Cuba y Puerto Rico entonces antes de 1898?
Ambos eran territorios españoles, cuya soberanía
española se basaba en el Derecho castellano, fundamentado por tres institutos
jurídicos articulados: hallazgo y conquista, donación pontificia y, por último,
tratados con la potencia rival (en este caso Portugal). Y en virtud de ese
Derecho castellano y común europeo, estos territorios fueron incorporados a la
Corona de Castilla, algo que colocaba a los nativos de las islas de Cuba y
Puerto Rico y a sus descendientes como súbditos del Rey de España. ¡Cuba y
Puerto Rico nunca fueron colonias!
- ¿Y qué sucede con la instauración de la Republica cubana?
El Tratado de París es un acuerdo vinculante entre Estados Unidos y España.
El Estado cubano es inconsecuente para el tratado. Es más, a ojos del tratado,
no existen ni cubanos ni puertorriqueños, sino súbditos españoles nacidos y
residentes en los territorios cedidos o renunciados. No obstante, la
Constitución de 1902 impone la naturalización masiva y forzosa de toda esa masa
apátrida de españoles desnaturalizados.
- ¿Cómo ha sido el proceso legal que han emprendido ante los Tribunales y
hasta dónde pretenden llegar?
La única manera legal de pleitear este contencioso era haciendo una
petición que realicé, inicialmente presentándola en el Consulado español en
Miami. Esperé tres meses hasta que recibí la negativa del ministro de
Relaciones Exteriores español que argumentaba que el Tratado de 1898 no
permitía este tipo de denuncia, ignorando, por supuesto, que el famoso artículo
IX era y es inconstitucional. Esto nos dio la posibilidad de recurrir su
negativa, de modo que la petición ha salido del control político estatal para
recaer en el control judicial.
Es la primera vez, en 125 años, que se recurre este Tratado. Ll demanda ha
sido llevada por nuestro abogado, Enmanuel Oliva Díaz, a la Audiencia Nacional,
sala de lo Contencioso, Sección 4ª, desde el pasado 20 de octubre de 2023. El
Tribunal ha requerido a la parte actora, es decir, al demandante, que presente
en 20 días el escrito de demanda. Uno de los resultados de este caso es que,
inexorablemente, habrá un pronunciamiento del Estado español acerca de la
validez de este artículo.
Por supuesto, en caso de negativa, elevaremos la petición al Tribunal
Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo que es muy puntilloso con el
cumplimiento de la legalidad. El hecho de que tengamos a ese tribunal implica
un peso más que obligará al Tribunal Constitucional al más estricto
cumplimiento de la legalidad vigente. La declaración de nulidad del art. IX
sería un logro sin precedente en la historia de España. Es de justicia traer a
casa a los españoles expulsados en Cuba y Puerto Rico, que tienen los mismos
derechos que aquellos descendientes de los sefardíes expulsados de la Península
desde 1492 y admitidos ahora como ciudadanos después de cinco siglos
* Escritor establecido en París
Comentarios
Publicar un comentario