Hoy en El Nuevo Herald - Jorge Luis "Pepino" Fernández
Hoy escribo en El Nuevo Herald sobre un músico testigo del movimiento musical cubano en la muy difícil década de 1970 en La Habana. Se trata de Jorge Luis Fernández, a quienes todos conocen como "Pepino". Aquí les dejo el enlace y también el artículo.
(Ricardo Eddy Martínez, Omar Hernández y Mike Porcel)
Jorge Luis “Pepino” Fernández: cinco
décadas de pasión por la música
Por William Navarrete*
Puros azares me llevaron a descubrir que
Jorge Luis Fernández (La Habana, 1952) tenía una trayectoria y vivencias como
músico que valía la pena destacar. Sucedió que, mirando el reciente documental
que unos jóvenes cineastas cubanos se atrevieron a dedicarle, desde la Isla, al
cantautor Mike Porcel, descubrí que también él formaba parte de ese entorno. En
dos fotos del documental lo vemos con los músicos que animaban a principios de
los 1980 el coro de la iglesia habanera de San Antonio de Miramar, un sitio que
tiene especial significación para mí porque era la más cercana a mi casa y
pasaba frente a ella muy a menudo, sin entrar nunca.
Entonces me contó que, en 1980, cuando
trabajaba en Varadero como músico, se enteró de que la gente estaba entrando en
la embajada del Perú para pedir asilo. “Inmediatamente saqué pasaje para La
Habana y en cuanto llegué me metí también en la Embajada, pero cuando nos
enviaron a nuestras casas a la espera de que llegara el permiso para abandonar
el país me quedé sin trabajo porque la empresa me expulsó”, rememora.
Fue entonces que supo que Mike Porcel
estaba en su misma situación. “Comencé a visitarlo y me propuso que fuera parte
del grupo experimental que tocaba en esa iglesia”. Así fue como, dando clases
particulares y tocando allí, pudieron sobrevivir, hasta que el Ministerio del
Interior les cerró el acceso al templo. Fue un periodo doloroso, pero muy
creativo, del que lamenta no haya quedado constancia de música grabada.
Jorge Luis Fernández Pita vio por primera
vez una guitarra estando de visita en casa de una tía. El instrumento colgado
de la pared le fascinó tanto que, con siete años, se pasaba el día imitando a
un guitarrista, pero con el palo de la escoba. Un amigo le enseñó más tarde los
primeros acordes y algunos rudimentos de este arte, y a los 13 años quiso
entrar por voluntad propia en la escuela de música Amadeo Roldán. Al no ser
aceptado, por tener más edad de la reglamentada, decidió convertirse en autodidacta.
“Conseguí un método de solfeo y aprendí
por mi cuenta. Mis primeras influencias venían del rock (Los Beatles, Rolling
Stone), también de los clásicos. Era una época en que estaba mal visto tocar, y
hasta escuchar, este género musical en Cuba”.
Entonces se incorporó a diferentes bandas
de rock (Los Dada, Almas Vertiginosas, Los Jets, Los Walkers), antes de
comenzar a tocar en el grupo Los Barba, que tenía bastante difusión nacional y
gracias al cual viajó mucho por el país. “Para salir en la televisión teníamos
que ponernos unos trajes ridículos que no tenían nada que ver con nuestro
estilo; recuerdo que pasábamos antes por el baño del restaurante El Conejito
para echarnos clara de huevo en el pelo y evitar que se notara la melena, que
estaba prohibida”.
En esa época tuvo un proyecto con Pedro
Luis Ferrer, otro con Felipe Dulzaides, y el grupo al que pertenecía se
desintegró porque en un accidente fallecieron algunos miembros.
“Para poder tener un grupo musical era
necesario pertenecer a una empresa, que en la jerga de allá llamaban ‘estar en
plantilla’. Así fue como, gracias a un amigo que tenía la dichosa plantilla,
pudimos integrar un grupo llamado Voces Cubanas, nombre absurdo que no podíamos
cambiar, aunque no hubiera ni un solo vocalista. Por eso le llamamos V. C. para,
por lo menos, no parecer ridículos”.
Ya entonces lo llamaban “Pepino” porque
desde la moda de Los Beatles empezó a usar cerquillo como los integrantes de la
famosa banda de Liverpool y se le quedó el apodo por el que lo conocen todavía.
En La Habana de la muy dura década de 1970 “Pepino” era, a decir del periodista
Luis Cino, lo más parecido que había a Jimmy Page. Aquella afición costaba cara
y estuvo varias veces detenido: la ropa “estrafalaria” no estaba bien vista y
terminaba a menudo en la barbería, en donde lo pelaban por la fuerza. Una vez fue
detenido por dos meses en Villa Marista, siniestro centro de la Seguridad del
Estado, acusado de corrupción de menores “a través de la música rock”.
En 1985 pudo, finalmente (como Mike
Porcel) irse definitivamente de Cuba, rumbo a Costa Rica, un país en donde fue
profesor de guitarra y vivió un año hasta que su padre, que vivía desde 1961 en
Estados Unidos, le reclamó. Luego, tras más de tres décadas de vida en Miami,
ha tocado en muchos grupos, y en la mayoría junto a Ricardo “Eddy” Martínez,
como en Rockstalg, Garaje H, Private Matter o Funk-H.
En 2014, el guionista de cine Elio Ruiz, desde
Nueva York, le habló de un proyecto de Lucas Bich, director de cine italiano
que buscaba a un músico cubano que en 30 años no hubiera vuelto a La Habana
para hacer un documental de 51 minutos para la televisión de su país.
“Así fue como en menos de un mes estaba
de vuelta a La Habana, con un contrato, y me estaban esperando muchos amigos
que nunca más había vuelto a ver”. Sus impresiones fueron una mezcla de
alegrías y tristezas. Viendo lo destruido que estaba el reparto de Altahabana,
en donde había vivido, la humareda que dejaban los carros por el combustible de
mala calidad, la desolación.”
Pepino’s Back (El regreso de Pepino) terminó de filmarse entre La Habana y
Miami en 2015. El filme le permitió revivir emociones, reencontrarse con seres
queridos y tener experiencias insólitas como durante una escena filmada en una
barbería habanera mientras lo afeitaban y en la que el barbero le preguntó al
cabo de un rato de dónde venía. Cuando supo que de Miami, paró en seco. “Sin
autorización, dijo, cuando salga ese documental ustedes estarán de vuelta a sus
países, pero yo, directico a la cárcel”. Así que justo en ese instante terminó
la escena.
Ahora Jorge Fernández está grabando un
disco en el proyecto P.O.E.M (iniciales de sus miembros: Pepino, Omar
Hernández, Ricardo Eddy Martínez y Mike Porcel).
Jorge Fernández es una de esas personas
que uno frecuenta y en ocasiones ignoramos todo el caudal de conocimientos y vivencias
que tiene por contar. “Pepino”, en cambio, es ese que sueña siempre con la
música, que contra viento y marea ha seguido fiel a su pasión, a sus sueños y
al que no han podido vencer ni las trabas ni las dificultades de empezar de
cero y de abrirse camino en lugares donde no siempre las puertas se abren
fácilmente.
* Escritor cubano residente en París
wnavarre75@wanadoo.fr
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