Ultimas vistas de Palma de Mallorca (6)
Antes de pasar a recorrer el resto de la isla, algunas de las últimas vistas que tomé en Palma de Mallorca.
Alrededor del Paseo del Born, lacalle Unión y
la plaza Weyler los plátanos (ese árbol bastante frondoso que en Francia
asociamos a la Provenza) dan vida y sombra a esa parte del centro de la ciudad
de Palma de Mallorca:
Y algunas de las vistas desde "Es Baluard" (actual Museo de Arte Contemporáneo):
En el mismo eje en que se encontraban las
murallas marítimas podemos ver un edificio del siglo XVI, muy italiano, que fue
el llamado Consulado del Mar (una institución medieval) sede hoy del Gobierno
de las Baleares. Posee une hermosa loggia de estilo plateresco que es lo que le
da ese aire italianizante:
Desde el punto de vista de la
arquitectura religiosa (de la que ya evoqué algunas edificaciones góticas y
modernistas), Palma atesora un sinnúmero de obras que es imposible resumir
aquí. Para dar una idea somera añado la Basílica San Francisco y una vista de
su claustro y la iglesia de San Eulalia:
En el centro, el Ayuntamiento convenció a
algunos propietarios para que dejaran abiertas las entradas de sus palacetes
(que son privados y no pueden ser visitados) para, desde detrás de las rejas de
la entrada, los comunes mortales pudieran apreciar la belleza de los patios. La
arquitectura doméstica es fabulosa. Les dejo tres imágenes de las muchas que
tomé:
George Sand habla del trigo de Mallorca y
cuenta que es de los mejores de Europa. Dice también que los mallorquines lo
enviaban a la península y consumían el de peor calidad. Lo cierto es que se ven
molinos por todas partes (algo que ignoraba), e incluso dentro de la ciudad actual
de Palma, o sea, del otro lado del antiguo recinto amurallado en que vi este
cuarteto (solo se ven tres), de los muchos que vi en el barrio de Santa Catalina:
Otro de los encantos de Palma son sus
tiendas y comercios antiguos. Todavía sobreviven muchos como esta vieja casa de
bordados y esta excelente librería de libros antiguos y de ocasión (El Bazar
del Libro), a un costado de la iglesia Santa Eulalia, en el que encontré un
libro sobre Amelia Peláez, la pintura cubana, y su estancia en Palma en la
década de 1930. Como nota curiosa, la propietaria me mostró el carné de un
joven cubano, Bartolomé Servera Botella, que cursó estudios en el Conservatorio
Amadeo Roldán de La Habana, en el curso 1965-1966. Lo pongo aquí por si el
propio Bartolomé quisiera recuperarlo ya sabe dónde está en venta.
Y así me despido de Palma, para continuar
el viaje a lo largo y ancho de la isla de Mallorca, con estas dos imágenes. En
la primera, me escondo en alguna parte de la foto. La segunda es uno de esos
atardeceres inolvidables a orillas de la marina de Palma, del lado de Santa Catalina,
en que se ve entre los mástiles de los veleros, a lo lejos, la gigantesca
Catedral gótica:
Comentarios
Publicar un comentario