Carabanchel, el nuevo mini Soho de Madrid - En El Nuevo Herald / William Navarrete

Tras mi reciente visita a Madrid pude visitar algunos de los espacios y galerías en el barrio de Carabanchel. Entre ellas el Espacio René Francisco, del artista cubano así llamado. Una verdadera revelación, inesperada en ese barrio y que cuento en el Herald dominical:

Enlace: Carabanchel, el nuevo mini Soho de Madrid / William Navarrete / El Nuevo Herald / 27 de marzo de 2022


Carabanchel, el nuevo mini Soho de MadridWilliam Navarrete* 

Con Madrid me pasa como con París. Más allá del perímetro de mi propio atlas citadino la ciudad me parece borrosa. De modo que cuando me hablaron de exposiciones de arte en el barrio de Carabanchel, confieso que tuve que informarme en cómo llegar hasta allí. Y es que Carabanchel ha sido, desde sus orígenes como barrio obrero, un sitio en el que abundaban fábricas y talleres a donde solo iban quienes vivían y trabajaban allí. Como muchos sitios con locales de mucho potencial (fue el caso de Wynwood y del Design District de Miami) esta zona del sur de la capital española se está convirtiendo poco a poco en obligada referencia del arte contemporáneo.

En el N° 37 de la calle Nicolás Morales, el artista cubano René Francisco Rodríguez (Holguín, 1960) acaba de inaugurar hace un mes su propio local (Espacio René Francisco) en un antiguo taller de disfraces abandonado y en muy mal estado que transformó en luminosa galería. La pandemia tuvo mucho que ver en esta decisión, pues lo sorprendió en Alicante, en donde pasó dos años madurando su proyecto.

A René Francisco Rodríguez le había perdido la pista desde que en 1999 expuse su obra, cuando me dedicaba a la curadoría, junto a la de Eduardo Ponjuán, Ulises González, Carlos Alberto García, el Atelier Morales y otros artistas cubanos, en el Centro Europeo de la Joven Creación, en Estrasburgo (Alsacia). En ese entonces, su obra se enfocaba más en el hombre fundido en un espacio urbano que en la dimensión individual propiamente dicha, pero el común denominador de todas sus etapas ha sido siempre, y sigue siéndolo, el sarcasmo con que aborda utopías y espejismos, los cuestionamientos políticos y la cultura como paradigma sociopolítico.

A este artista talentoso y singular, le ha interesado siempre entrar en ósmosis con su entorno plástico. Ha sido, por así decirlo, un creador de artistas exitosos, pues durante años enseñó desde su propia cátedra DUPP (Desde una pragmática pedagógica) en el Instituto Superior de Arte, sito en el antiguo Country Club de La Habana, en donde había estudiado entre 1977 y 1982. Maestro y teórico del arte, sacrificó parte de su propia creación en favor de la enseñanza. Labor didáctica que le valió un premio UNESCO de las artes en 2000 y el reconocimiento de la Bienal de Venecia cuando presentó el trabajo de terreno realizado en el barrio marginal habanero El Romerillo en 2007. Y aun cuando parece tomar ahora por nuevos derroteros, sigue uniendo y dando visibilidad al trabajo de otros, como es el caso en Coro de cristales, la exposición colectiva con la que inaugura ahora su Espacio madrileño, una muestra que permanecerá expuesta durante la primavera de 2022.

Historias tristes contadas con alegría, es la serie de su propia cosecha que expone en Carabanchel. Y aunque permanece fiel a su técnica (puntillismo, empastes, etc.) ahora todo esto “ha pasado a una escala superior”, me comenta Dayneris Brito, curadora junto a Luis Sicre, de la muestra. “Es una serie basada en fotografías existentes y sobre las que ha pintado, algo muy diferente de lo que hacía antes”, prosigue Brito, quien se graduó de Historia del Arte en la misma facultad de la Universidad de La Habana en que estudié yo dos décadas y media antes y, quien, para asombro mío, tuvo o conoció a muchos profesores que también fueron los míos.

La muestra exhibe también la obra de otros artistas cubanos como Lorena Gutiérrez Camejo, Alexandre Arrechea, Esterio Segura, Alejandro Campins, Dagoberto Rodríguez, el sorprendente José Manuel Mejías, que vive en La Habana y expone su obra “Así huele a miedo” que tal parece va convirtiéndose poco a poco en cenizas, entre otros, todos cubanos. Y por la parte española pueden verse trabajos del valenciano Josep Tornero, de la madrileña Paula Anta y del andaluz Carlos Aires, con una interesante propuesta de platos decorativos amontonados (“Bon appétit”) o de billetes sobre los que dibuja con mucha ironía iconos de la Historia.

Carabanchel se ha ido poblando poco a poco de lo más innovador del arte del siglo XXI. En la manzana paralela al Espacio René Francisco está, desde hace unos años, el Espacio Mala Fama / Nave Oporto (calle Pedro Díez, N° 25), un verdadero hervidero artístico en un antiguo polígono industrial de tres plantas que recibe ahora muestras y talleres, desde que Carlos Aires (quien tiene su propio taller allí) impulsara este proyecto de impresionante sinergia entre creadores. Y no lejos de allí Casa Banchel, otro espacio de arte contemporáneo en la calle Santiago Estévez, proyecto de casa-contenedor, vivienda, centro de creación, polo de exposición. O galerías como Espacio VETA, La Gran, Sabrina Amrani y Benveniste Contemporary.

En Nave Oporto, también se expone la obra de algunos de los presentes en Coro de cristales. Me llamó particularmente la atención el trabajo de Lorena Gutiérrez Camejo y su obra ¿Dónde están los héroes? que ya había expuesto con anterioridad en la Bienal de Berlín junto a la obra de las también cubanas Belkys Ayón y Ana Mendieta. Un guiño lleno de perspicacia a la narrativa del poder concebido a partir de las barras decorativas de las órdenes y distinciones militares u oficiales que suele utilizar el Poder para nutrir egos fundacionales, fabulaciones a destiempo de la verdadera Historia, prebendas que no tardan en volverse polvorientas. En Lorena hay algo de la estética a la Mondrián, pero plagada esta vez de información y referencias ideológicas, como arcoíris coloridos que no son anunciadores festivos, sino siniestros recuerdos.

En Nave Oporto pude ver también la obra de Alejandro González. Imágenes de lugares míticos de la isla, convertidos en ruinas o en proyectos fallidos (la central nuclear de Juraguá, el antiguo casino Montmarte/restaurante Moscú de La Habana, derrumbes de sitios irreconocibles, entre otros). Así como obras de Elvira Amor, Marta Corsini, Belén Fod, Sonia Navarro, Manuel Saro, Santiago Ydáñez e Isidro Blasco, entre muchos artistas más.

Las exposiciones precedieron y cohabitaron con la Feria de Arte ARCO Madrid, el acontecimiento clave del panorama plástico español. Al barrio de la calle del Doctor Fourquet, detrás del Reino Sofía, le sigue ahora este mini Soho madrileño que está lejos de haber dicho la última palabra.

* Escritor franco-cubano establecido en París

El artista René Francisco en su Espacio de Carabanchel inaugura la primera muestra. Foto: William Navarrete
La artista Lorena Gutiérrez Camejo delante de su obra "Dónde están los héroes". 
Foto: William Navarrete

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