Entrevista a Dita Charanzová, vicepresidenta del Parlamento Europeo / William Navarrete / Nuevo Herald
Entrevisto para El Nuevo Herald a Dita Charanzová, infatible defensora por los derechos humanos en América Latine, especialmente en Cuba y Venezuela, y vicepresidenta del Parlamento Europeo en Bruselas. Un encuentro muy enriquecedor para mí.
Enlace:
“Mi corazón es checo e hispanoamericano a
la vez”
Entrevista a Dita Charanzová,
vicepresidenta del Parlamento Europeo
William Navarrete*
Vicepresidenta del Parlamento Europeo y Coordinadora
de la Comisión de Mercado Interior, Protección al Consumidor de esta
institución por el grupo liberal Renew Europa y líder de la mayor delegación
checa de dicho Parlamento, Dita Charanzová, nacida en Praga (antigua
Checoslovaquia) en 1975 es también muy conocida en el ámbito latinoamericano
por su labor y apoyo en favor de la democracia en países totalitarios o
dictatoriales como Cuba y Venezuela. Realizó sus estudios en la facultad de
Relaciones Internacionales de la Universidad de Economía de la capital checa y,
desde entonces, ha tenido una brillante trayectoria en el mundo diplomático del
Viejo Continente.
Desde Bruselas, en un contexto particular
debido a la amenaza que la guerra en Ucrania representa para el orden mundial, le
pido comente para los lectores de este diario algunos de los temas en los que
centra su actividad como parlamentaria.
- Como vicepresidenta del
Parlamento Europeo por el grupo Renew Europe, ¿cuáles son sus principales
prioridades a nivel europeo?
Concedo mucha importancia a mis
relaciones con los diferentes parlamentos nacionales europeos porque considero
que es necesario fortalecer los vínculos entre Bruselas y los países de la
Unión Europea. Esto nos permite cambiar nuestras perspectivas y mejorarlas, no
solo dentro de los países, sino también en el seno del Parlamento Europeo en
Bruselas.
Evidentemente, la guerra contra Ucrania,
un país que lucha por proteger sus valores que son los que la Unión Europea
defiende, se ha convertido en la prioridad fundamental. De modo que en estos
momentos la cuestión de cómo ayudar a Ucrania en lo militar, lo económico, las
cuestiones sanitarias, las educativas, entre otras, es absolutamente crucial.
De hecho, me alegré mucho de que se le concediera el estatuto de país candidato
a la Unión Europea.
Por otra parte, trabajo mucho personalmente
en temas del ámbito digital. Hay dos leyes importantes que en estos momentos
han sido aprobadas (Paquete de Ley de Servicios Digitales). Y es que me
interesa que las reglas europeas estén bien definidas y que los gigantes
tecnológicos como Google y otros respeten estas reglas. El tema de la
desinformación a través de las redes es también otro de mis caballos de
batalla. ¿Cómo garantizar que las grandes plataformas digitales se impliquen en
combatir la desinformación y las falsas noticias que son tan nocivas?
- Su español es perfecto. ¿Dónde lo
aprendió? ¿Por qué se ha implicado tanto en los temas en favor de la democracia
en América Latina, especialmente para Cuba y Venezuela?
Tuve la suerte de estudiar en 1997, al
final de mi carrera, durante un año como becada de la Escuela Diplomática de
Madrid, una institución dependiente de la Subsecretaría del Ministerio de
Asuntos Exteriores. Esta experiencia cambió radicalmente mi vida porque me
permitió aprender de lleno otra cultura y extender este aprendizaje del otro
lado del océano Atlántico, gracias a muchos amigos latinoamericanos que conocí
entonces. He tenido la oportunidad de visitar Cuba, México, Brasil, entre otros
países de América Latina. Siempre digo que mi corazón es checo e hispanoamericano
a la vez.
Pero independientemente de esto, tengo
muy vívidos recuerdos de mi infancia y primera adolescencia en la
Checoslovaquia comunista. No olvido el miedo, la censura, la dictadura y su
propaganda, que vivíamos como ciudadanos de un país bajo este tipo de régimen.
Siempre digo que por haber vivido la dictadura en mi país siento una enorme
responsabilidad y debo ayudar a aquellos que se encuentran aún en una situación
similar. Entiendo perfectamente este tipo de régimen porque lo viví en carne
propia y lo vivieron mis padres, familiares y amigos también.
Por supuesto, siempre apoyaré las fuerzas
que luchan por restablecer la democracia en países como Cuba y Venezuela, y no
cesaré de denunciar a nivel europeo sus gobiernos totalitarios y corruptos. Además,
siempre estoy en contacto con muchos de los miembros de la diáspora de ambos
países que me mantienen informada de la situación día a día.
- ¿En qué medida la situación en
Ucrania ha cambiado las perspectivas europeas, incluso en cuanto a temas tales
como las energías verdes, la ecología y estos aspectos que, con el cambio
climático, se habían convertido en prioritarios?
En Europa queremos cambiar nuestra vida
y, en paralelo, nuestra relación con el entorno digital. Pero no me canso de
decir que en esta batalla la Unión Europea no puede estar sola. Tenemos que
trabajar a escala global con los Estados Unidos, pero también con las economías
emergentes asiáticas y todos los países. Se deben adoptar medidas fuertes con
respecto al tema climático, pero tratando de conseguir siempre el mismo enfoque
que se aplica en otros países para no colocarnos en desventaja.
Una de las cosas que podemos hacer es
exigir en los acuerdos con los países que comercian con la Unión Europea el
respeto de nuestras reglas. Es por eso que estoy buscando siempre un equilibrio
que no ponga en aprietos a las empresas europeas, pues si nosotros aplicamos
reglas que el resto del mundo no aplica entonces serán nuestras empresas las
perdedoras.
La guerra en Ucrania nos demuestra que no
podemos seguir por la vía que nos proponíamos. Es evidente que si no queremos depender
del gas ruso tenemos que buscar alternativas urgentes y racionales. No podemos
abandonar nuestro desarrollo energético.
- En 2024 se cierra un ciclo, tras
las elecciones, en el Parlamento. ¿Qué planes tiene?
Para mí 2024 no está a la vuelta de la
esquina, pues he dado inicio a muchas cosas que quisiera terminar. Me queda
mucho por hacer y espero hacerlo. Luego, estoy siempre abierta a todas las
posibilidades que sean afines con lo que defiendo y por lo que abogo. No tengo
planes fijos al respecto.
Fui testigo del momento en que mi país,
la República Checa, pasó a formar parte de la Unión Europea pues trabajaba en
el Ministerio de Exteriores checo en el momento de su adhesión y fui parte del
equipo negociador. Luego trabajé durante cuatro años en la Representación de mi
país ante el Parlamento de Bruselas, así como en el Consejo de Europa en el
ámbito de los derechos humanos. Es por eso que me interesa particularmente
trabajar en todo lo que me he propuesto a nivel europeo y seguiré defendiendo y
dándolo todo por esta hermosa idea que es la Europa que hemos construido y
estamos construyendo.
* Escritor franco-cubano establecido en
París
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