El Padre Bladimir Navarro y su Proyecto Cobijo (Madrid) - El Nuevo Herald

Les cuento sobre el Padre cubano Bladimir Navarro, quien desde su iglesia Nuestra Señora de la Esperanza, en el pueblo de Alcobendas (Comunidad de Madrid) ha fundado el Proyecto Cobijo para ayudar a cubanos emigrantes en dificultades. Se los cuento en El Nuevo Herald y agradezco a Margarita Larrinaga el haber propiciado este encuentro con el Padre en Madrid. (Fotos de nuestro almuerzo abajo).

Enlace al Herald: 

El padre Bladimir Navarro y su ProyectoCobijo para migrantes cubanos en España


Margarita Larrinaga, Ofelia Schuder García-Menocal, Pierre Bignami, William Navarrete y el Padre Bladimir Navarro Lorenzo / Madrid



El padre Bladimir Navarro y su Proyecto Cobijo para migrantes cubanos en España

William Navarrete* / El Nuevo Herald / 17 de marzo de 2023

Nació en 1982 en la localidad de Florida, provincia cubana de Camagüey. Cursó estudios en la Escuela Vocacional Máximo Gómez de esa región y matriculó en la Facultad de Medicina donde terminó sólo el primer año. Entonces sintió que a su vida le faltaba algo y decidió dejarlo todo: carrera, novia y planes de fundar una familia para entregarse a la fe. Fue un jueves de Semana Santa y después de un largo proceso de discernimiento que encontró en el sacerdocio su verdadera vocación.

El padre Bladimir Navarro Lorenzo, antes de convertirse en diocesano, ingresó primero en el Seminario San Agustín de Camagüey en 2002 y, luego, en el de La Habana, en el que ordenó en 2011. Una vez terminados sus estudios fue enviado a uno de los municipios más abandonados de la isla: Santa Cruz del Sur, en donde comenzó acciones sociales ayudado por el movimiento Schoenstatt, Cáritas y Mensajeros de la Paz. Su historia, hasta llegar al pleno ejercicio de la fe, estuvo repleta de escollos porque creció en un hogar muy pobre con un padre que dejó de hablarle cuando supo que se había convertido al catolicismo.

Tuve la oportunidad de conocer al Padre Bladimir gracias a un encuentro propiciado por Margarita Larrinaga, presidenta de la Archicofradía de la Virgen de la Caridad de Madrid. Durante nuestro almuerzo nos contó de la asociación “Proyecto Cobijo” que fundó en agosto de 2021 y cuyo contenido abarca uno de los desafíos más apremiantes para la nación cubana: el flujo incesante de emigrantes que huyen de una isla devastada y llegan por millares, no sólo a Estados Unidos, sino también a Europa y otras partes del mundo.

En 2019, el Padre Bladimir llegó a España para estudiar un máster en Moral en la Universidad Eclesiástica San Dámaso, hasta que el Obispo Carlos Osoro lo asignó como vicario parroquial de Nuestra Señora de la Esperanza, en Alcobendas, localidad de unas 115,000 habitantes a 15 km de Madrid.

“Uno de los temas recurrente durante mis estudios era la situación de pobreza extrema de Cuba, de modo que, poco a poco, me di cuenta de que urgía hacer algo por la nación cubana y crear una estructura que permitiera socorrer a los que llegaban muy desvalidos al exilio”, revela.

Fue así como, con un pequeño grupo de cubanos, decidió fundar el Proyecto Cobijo que, como su nombre lo indica, da abrigo a quienes llegan al suelo español sin ningún apoyo. Un proyecto que, en pocos meses de fundado, ha logrado disponer ya de tres apartamentos (uno en Alcobendas y dos San José y Vista Alegre, barrio de Carabanchel) y, recientemente, un chalet en Algete que se disponen a inaugurar.

Lo ayudan en esta titánica labor un grupo de compatriotas cubanos: Yani Mati (psicóloga), Ronald Bolaños y Lorena (estomatólogos), Janie (ingeniera y presidenta de Cobijo), Lázaro (médico y vicepresidente de nuestro proyecto), Glaisis Carbonell (comunicadora), Yamilet (contable) y Elisabeth (artista), así como Ignacio, el único español, quien también es contable.

“El equipo no es inamovible. Casi todos los que participan fueron personas a las que asistimos en su momento, durante los tres primeros meses de llegada, y que luego, una vez estables, replican dándonos apoyo”, revela.

Por supuesto, un criterio de selección es necesario porque la demanda supera la capacidad de acogida actual. Es por eso que, a la espera de que un día se produzca el cambio tan anhelado para Cuba, era urgente actuar y dar solución a lo que se ha convertido en un drama humanitario tras el éxodo incontenible de miles de compatriotas.

“No hay día que no reciba mínimo cinco casos, ni semana en que no vaya hasta dos veces al aeropuerto de Barajas a buscar a recién llegados”, confiesa el Padre Bladimir. “Damos siempre prioridad, tras una primera entrevista, a quienes realmente están completamente desamparados, y llegan después de atravesar varias fronteras europeas desde Rusia y Serbia (únicos países del continente a los que los cubanos pueden viajar sin solicitar visa) y viven situaciones extremas, retenidos en campos de detención en Bosnia, sin documentos, sin dinero, sin ropa, agredidos, completamente desvalidos y, sobre todo, psicológicamente destruidos”.

Es por eso que Cobijo los ubica en los hogares de los que disponen hasta la fecha y, en caso de que no tengan más cupo, con familias españolas de acogida entre los feligreses de la parroquia, dispuestas a ayudar.

“Al Proyecto Cobijo lo inspiran tres verbos. El primero es ‘acoger’ porque significa cuidar y, en este sentido, Cobijo es como un nido que no solo da techo, sino que asiste a los necesitados con asistencia médica y psicológica, dos aspectos clave en el caso de los emigrantes. El segundo, ‘transformar’, porque los cubanos salimos, desde hace mucho tiempo, con un enorme daño antropológico provocado por el gobierno de Cuba y es necesario sanar y lo hacemos mediante sesiones didácticas para tratar de cambiar esa especie de memoria digital, como le llamo yo, que nos han imprimido durante nuestra vida en la Isla. El tercero es ‘enviar’ que significa devolver y replicar con la misma generosidad con la que han sido acogidos y tratados”.

Estas tres palabras son para el Padre Bladimir, las tres gracias del movimiento apostólico de Schoenstatt, con el que hizo alianza ene 1998, cuando estaba presente en Cuba y antes de que lo expulsaran del país. De hecho, entre sus labores espirituales, el Padre oficia, todos los jueves, en un santuario de este movimiento católico de carácter mariano y con carisma propio, sito en el n° 9 de la calle Serrano, en Madrid.

El Proyecto Cobijo se nutre esencialmente de donaciones. Gracias a ellas pueden pagan la subsistencia de los acogidos y las facturas de servicios esenciales. Incluso las donaciones materiales llegan siempre cuando más las necesitan. Es lo que el Padre llama “la fe práctica de la Divina Providencia”. Cuando han necesitado dos neveras han aparecido los donantes que las ofrecen. “A veces digo que esto funciona casi como el espionaje digital, como cuando recibimos a través de nuestros teléfonos móviles un anuncia de algo que mencionamos”, confiesa con humor. “Ahora, por ejemplo, nos han regalado una furgoneta pues ya estábamos necesitándola para transportar cosas de una residencia a otra”.

Cuando le pregunto sobre su objetivo el Padre Bladimir menciona su aspiración de unir a toda la comunidad cubana que vive en Madrid. Que cada cubano sepa que forma parte de una misma familia que ha sido expulsada de su nido. “Por supuesto, mi mayor anhelo es participar un día en la reconstrucción de Cuba porque sé que un día podremos y tendremos que reconstruir a nuestro país en ruinas”.

Proyecto Cobijo tiene una cuenta en Instagram: “proyectocobijo”, así como otra en Facebook, a la espera de una página web. Las personas deseosas de colaborar pueden también comunicarse a través de estas redes o de la web: santamariadelaesperanza.es correspondiente a la parroquia de Alcobendas donde oficia el Padre Bladimir. “Un oasis de misericordia en un mar de indiferencia”, como suele decir.

* Escritor franco-cubano establecido en París


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