Céret, pueblo de tradiciones - Pirineos orientales franceses
En el país catalán francés hay un pueblo entre llanos y montañas, a orillas de un río que atraviesa el antiquísimo Puente del Diablo (ver fotos abajo construido en el 1350 y en pie desde entonces. Es Céret, y allí llegaron a partir de 1910 Braque y Picasso, seguidos por Juan Gris, Max Jacob, y más tarde, Chagall y Soutine, entre otros; algo que le dio relevancia al pueblo desde el punto de vista de la pintura. Picasso, por ejemplo, pasó largas temporadas allí y diseñó la fuente pública que les muestro en una de las fotos y que llamó “La sardana de la paz”, pues como sabemos, la sardana es el baile típico catalán. Esto hizo que Céret se considera como la “cuna del cubismo”, pues desde allí se gestó este movimiento, como desde Collioure se gestó el fauvismo, algo que conté ya en una entrada anterior. Por eso en Céret hay un muy importante Museo de ArteContemporáneo con excelentes obras.
En
Céret hay maravillas. Para los gourmets hay de qué darse gusto. Y una de sus
carnicerías es especialista en la famosa butifarra catalana (botifarra), deliciosa. Amén de fabricar diversos tipos de pâtés perfumados con
cerezas negras y otras delicias que los veganos se pierden.
Tal
vez lo que más me gustó de todo es el ambiente general, el bulevar con sus
terrazas de café bajo la sombra de una hilera de plátanos centenarios que forman
como una bóveda.
Las tradiciones en carnes y embutidos en esta "Boucherie des Arcades" familiar especializada en pâtés con cerezas negras:
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